Jumi Luzón vuelve a su estado inicial, en el que se presenta a sí mismo con una guitarra, como one man band. Así empezó su proyecto en solitario hace ya 4 años.
Podríamos decir que la casualidad lo ha llevado hasta aquí, pero estaríamos mintiendo. Jumi Luzón empezó a tocar viejas canciones delta-blues y folk simplemente por su incansable curiosidad, encerrado en un cuarto en su casa, donde precisamente ha sido grabado este videoclip, en períodos de baja actividad en la banda en la que por aquel entonces tocaba.
Él quería seguir tocando a pesar de todo y todos y tras pasar por un concurso de guitarristas decidió trabajar más seriamente en este proyecto en solitario. El plan B se convirtió en el plan A. Cuando ni siquiera los primeros rayos de luz se colaban por los huequecitos de las persianas, Jumi ya estaba afinando su guitarra inmerso en nuevas canciones que para nada eran nuevas.
Tras la increíble acogida de los dos primeros adelantos, «2.000 km» y «Queenstown», Jumi arriesga (cuando ya casi nadie hace lo que verdaderamente ama) con un tema sin banda, compuesto a pocos días antes de entrar a grabar, sin artificios, apostando por el sonido americano del que siempre se queda prendado cuando reconoce un pedal steel o una Telecaster en cualquier canción . Y las piernas tiemblan. Y seguimos vivos.
Nunca la palabra «nunca», fue tan positiva. El viaje continúa.